"Esta 
          muestra de cuadros pertenecen a una serie en la que estoy trabajando 
          actualmente y que deriva de mi trabajo anterior, más comprometido 
          y reivindicativo que el actual, ya que denunciaba los arquetipos de 
          mujer surgidos en los años 90 (la mujer Cosmopolitan, Elle o 
          Vogue), que sigue encadenada y esclavizada a los criterios estéticos 
          de referencia. Creo que las operaciones de cirugía estética 
          o los sacrificios dietéticos no son sino mutilaciones del ser 
          (físicas y mentales) como vías para alcanzar el poder 
          a través de la seducción. Un yugo nuevo como intento desesperado 
          por solucionar problemas viejos: la postergación de la mujer 
          en el mundo contemporáneo.
        
          Esta investigación me llevó a explorar y reflexionar sobre 
          los propios orígenes, sobre los fundamentos del ser humano, de 
          su psique, de la naturaleza misma, del universo y la materia. Así 
          llegué al mundo de los sentimientos y las sensaciones y me planteé 
          la posibilidad de representar conceptos tan abstractos de manera plástica. 
          Por otro lado dirigí mi mirada al interior del cuerpo humano, 
          donde la belleza es aleatoria y donde todos somos iguales. Me interesa 
          el interior humano, pero siempre imaginado como un cuerpo femenino, 
          como un organismo receptor al que le llegan estímulos del exterior, 
          pero un organismo que siente y padece. También me fascina la 
          mezcla de la Ciencia con lo humano, el reflejo externo de lo que pasa 
          internamente y viceversa; las teorías de la Física Cuántica 
          en las que se borran los límites entre materia y espíritu; 
          la búsqueda de lo cósmico a través de lo microscópico.
        
          Por eso en muchos casos parto del corazón, por un lado porque 
          es el motor de la vida física y por otro porque su representación 
          icónica es, según las referencias culturales, el órgano 
          al que se le atribuyen los sentimientos humanos. También trabajo 
          con otros órganos como el estómago, o incluso el esqueleto, 
          el cerebro, etc, pero siempre utilizándolos como metáfora 
          de situaciones, vivencias en las que agentes externos afectan a ese 
          interior vivo.
        
          Creo que el cuerpo humano en su condición icónica convierte 
          al individuo en algo abstracto, convierte al ser humano en género 
          desde el punto de vista de sus fundamentos más básicos 
          y profundos. Es la representación más desnuda, que iguala 
          a los individuos permitiéndome hablar de generalidades. Es el 
          interior físico con el que se puede jugar a representar el nivel 
          psíquico, el “interior” de la personalidad y su evolución 
          a partir de su relación con el mundo, fundamento mismo de la 
          vida.
        
          Cuerpos Cuánticos es una búsqueda de la esencia de la 
          vida y del mundo y de la relación física, emocional, mental 
          y espiritual entre el individuo y su entorno."
        
          Sonia Fernández